lunes, 30 de enero de 2012

Articulo sobre Café Plaza


Hostelería palentina


Café Plaza de Baltanás
FERNANDO FRANCO JUBETE
No es necesario ir al norte, al Casco Viejo de San Sebastián, para disfrutar de una barra de tapas, pinchos y brochetas espectacular y apetecible, porque la puede Usted encontrar en Baltanás, cualquier domingo o festivo, en el Café Plaza. Una barra repleta y a rebosar con unas veinticinco tapas diferentes, actuales, suculentas, divertidas, deliciosas, imaginativas y todos los calificativos que se le ocurran.
La mejor barra de tapas de la provincia de Palencia, la más actual, la que apuesta por la creatividad revalorizando nuestros alimentos en composiciones sugerentes, singulares, capaces de emocionar, es obra de Cristina Masa Carrasqueño, una cocinera autodidacta que se ha ido formando en los duros inviernos pasados junto a Conrado Santamaría Rodríguez para sacar adelante su Café Plaza. Un bar rural que encierra una admirable historia de decisión juvenil, de compromiso y de amor, con sus dos familias siempre al fondo.
Todos los que vivimos o visitamos Baltanás hemos visto crecer y hacerse hosteleros a Conra y Cris desde que, en el verano de 1998, decidieron contratar el bar de las piscinas. Unos meses antes habían comenzado a salir con 18 años recién cumplidos. Conra, de familia de reconocidos ganaderos de ovino, vivía en Baltanás, pero la familia de Cris había emigrado al País Vasco en los años sesenta y vivían en Bilbao, regresando a Baltanás en vacaciones. En aquél verano Cris tomó la decisión de dejar sus estudios y quedarse a vivir en Baltanás para siempre junto a Conra. Como no encontró trabajo, al final del verano arrendaron el Bar Cepeda que se convirtió en un bar juvenil y con buen rollo en el que Cris, que no sabía freír un huevo, comenzó a elaborar hamburguesas, perritos y algunos pinchos.
Tres años después decidieron construir su propio bar y su domicilio, ante el asombro de todo el pueblo y el apoyo incondicional de sus familias. Compraron una casa en ruinas en la Plaza Mayor, la derribaron y construyeron un atractivo edificio en el que hoy viven y trabajan. El Café Plaza desde su apertura fue expresando a los baltanasiegos que Conra y Cris no iban a crear un bar rural convencional. Primero por su inevitable espíritu juvenil en su decoración, luego por sus ofertas de cafés, infusiones, chocolates y helados (¡una carta de copas de helado en un bar rural de Palencia!) y, sobre todo, por las tapas de los domingos que tenían nombres diferentes: Serranito, Croquetas de Cabrales, Sorpresa de Gulas, Capricho de Setas, Mouse de Pato, Picantón, Solomillo con queso de cabra. Alejándose con valentía de los inevitables calamares y las banderillas de pepinillo que siguen ofreciendo en exclusiva los restantes bares del pueblo. Pero ¿quién se come eso en un bar rural? ¿cómo se consiguen modificar los gustos tradicionales grabados a fuego en el paladar de los baltanasiegos?. Jaime, el padre de Cris, que ejerce de relaciones públicas, te lo explica: ¿tú sabes las semanas que hemos estado comiendo pinchos hasta el miércoles?. Sólo la decisión de Cris, el absoluto convencimiento de Conra y Cris de que sus tapas eran como las mejores de los bares que visitaban en sus vacaciones, en sus escapadas semanales de los miércoles, han acabado imponiéndose.
Las cosas comenzaron a cambiar desde que ganaron, en noviembre de 2010, las V Jornadas de la Brocheta convocadas por la Asociación General de Hostelería de Palencia, con su “Pollo moruno y gambón con salsa de yogur y cristal de Rueda”. Este año no han podido concursar por su triunfo del pasado año. Hoy Conra y Cris se sienten muy orgullosos al abrir los domingos su barra repleta de tapas porque los baltanasiegos piden hasta la Mouse de Pato o la Trampa de Langostinos, porque  tienen clientes asiduos de los pueblos del entorno que van todos los domingos a disfrutar de sus tapas y comienzan a llegarles muestras de reconocimiento por su trabajo. Y en su web <cafeplazabaltanas.com>, creada por el propio Conra, se atreven a ofrecer un catering con sus tapas, mientras sus padres Pilar y Paco, Adelaida y Jaime cuidan de sus niños Jon y Nico, recogen vasos, ayudan en la cocina y están siempre al quite. Todo un ejemplo de futuro rural vivo.

16 Noviembre, 2011 | por CarrionDigital | Categoria: Gastronomía

 

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